El cartel del 40 Festival Internacional de Cine de Huesca celebrado en 2012 ha obtenido una medalla de bronce en los premios anuales que otorga la prestigiosa web Film Festival Posters, especializada en marketing y merchandising cinematográfico. Entre los galardonados, solo hay tres reconocimientos para certámenes españoles: Cartagena, San Sebastián y Huesca, que comparten honores con citas de la importancia del Festival de Toronto (premio especial del jurado), Festival de Cannes (medalla de plata), Festival de Cine Latino de Chicago (medalla de plata) o el Festival Internacional de Cine de Dubai (medalla de bronce), entre otros.
El cartel de la 40 edición del Festival Internacional de Cine de Huesca es obra del fotógrafo Chmea Madoz, que presentó a la Fundación una fotografía, poética y sugerente que cumplía perfectamente el cometido de comunicar un evento y además transmitía visualmente el misterio que encierra el mundo del cine. Una puerta a contraluz con una cortina cinematográfica, nos sugiere todo un cúmulo de sensaciones.
Chema Madoz cursó Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, simultaneando estudios de fotografía en el Centro de Enseñanza de la Imagen. Su primera exposición data de 1985. Desee 1990 comienza a desarrollar el concepto de objetos, tema constante en su fotografía hasta la fecha. Entre sus muchas exposiciones podríamos destacar la de 1999 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, “Objetos 1990 – 1999”, que se configura como la primera muestra retrospectiva que el museo dedica a un fotógrafo español en vida. En el año 2000 recibe el Premio Nacional de Fotografía de España.
“De alguna manera me cuesta mucho más llegar a matizar cuando me expreso verbalmente, mientras que con el lenguaje visual tengo otras capacidades a la hora de trabajar. Puedo ser más contundente, puedo ser más sutil… Tengo la sensación de que controlo mejor los diferentes planos y las diferentes posibilidades de lectura que si controlo sólo el aspecto verbal”, decía el artista el día de la presentación del cartel.
Para el resultado final fue imprescindible la aportación del diseñador Isidro Ferrer, que no solo facilitó el contacto y allanó la vía para llegar al fotógrafo de fama internacional, sino que realizó el diseño tipográfico del cartel, con gran respeto a la fotografía y un ritmo y cadencia de las letras adecuado al ritmo fotográfico.