“HAY TRADICIONES QUE EXPLICAN TODA UNA FILOSOFÍA DEL CÓMO VIVIR MÁS QUE DEL BIEN MORIR”
EL CERTAMEN OSCENSE CUELGA POR CUARTO DÍA CONSECUTIVO EL CARTEL DE “ENTRADAS AGOTADAS” CON LA PROYECCIÓN DE ESTA PELÍCULA RODADA MAYORITARIAMENTE EN LA PROVINCIA DE HUESCA
El Teatro Olimpia cuelga por cuarto día consecutivo el cartel de “entradas agotadas” con el estreno aragonés, en el Festival Internacional de Cine de Huesca, de la película que más expectación ha generado en la provincia, Armugán, dentro de la jornada denominada “Ventana Aragonesa”. Su primera proyección en la comunidad autónoma tiene lugar este lunes 14 de junio tras su premiere mundial en el Tallinn Black Nights Film Festival, -donde obtuvo entre otros reconocimientos el de Mejor Banda Sonora para el altoaragonés Juanjo Javierre– o el Festival de Cine Español de Nantes.
Su director y guionista, Jo Sol, los productores Leo Dolgan y Daniel Vergara (responsables también de sonido y fotografía del filme, respectivamente) y Juanjo Javierre han acudido a la capital altoaragonesa para presentar el largometrajes. La cinta traslada al espectador a un remoto valle del Pirineo aragonés donde se canta la leyenda de Armugán, una persona que se dedica a un oficio del que nadie quiere hablar y que se desplaza por los valles aferrado al cuerpo de Anchel, su fiel servidor. Ambos comparten el secreto de una labor antigua y terrible. “La historia establece la relación de dos personajes, aparentemente contradictorios, que se acompañan. No es una película de argumento, sino de discurso”, ha defendido Sol. “Hay tradiciones que explican toda una filosofía, más que del bien morir, del cómo vivir. Nuestras experiencias vitales se basan en establecer vínculos con nuestra identidad. Me atraía hablar del punto en el que no hay ya posibilidad de dar marcha atrás cuando nos enfrentamos a lo inevitable”.
Jo Sol lleva casi veinte años rodando a contracorriente, “cultivando”, como él dice, “esta forma de resistencia”, un cine más en los márgenes. “Porque normalmente le damos valor a algo regidos por el mercado, pero este tipo de cine también enriquece nuestro relato cultural. Creo que el tiempo pondrá en su lugar el hecho de situar miradas más allá de lo obvio”.
“El argumento va dando vueltas en tu cabeza durante mucho tiempo, pero la realidad es que, hasta que no cuadran una serie de factores, la película no puede rodarse”, aclaró. Uno de los factores fue su encuentro con Dolgan y Vergara, socios de la productora aragonesa La Bendita Produce. Además, el filme ha sido rodado en la provincia de Huesca -Boltaña, Ascaso, Muro de Bellós- y Zaragoza, con un equipo mayoritariamente aragonés. “Lo que más me fascinaba de esa parte del Pirineo es que hay mucha gente que vive aislada, pero es una comunidad con mucha relación con la cultura. Esto es un factor fundamental porque sabes que vas a traer algo, una propuesta, y que será bien recibida”, contaba Sol.
La pandemia de la COVID-19 afectó a la distribución del filme, como a toda la industria. Sin embargo, Leo Dolgan aclaró que, de momento, están satisfechos con el recorrido que está teniendo la película. Sin embargo, es posible que la crisis sanitaria sí que haya afectado a la recepción de esta historia sobre la vida y la muerte. “Es un tema muy pertinente”, comentó Javierre. “Todos estamos más sensibles con el hecho de perder a alguien sin poder despedirnos”, comentó Dani Vergara, “y esta película trata de hacernos ver que la muerte puede no ser esta imagen funesta que tenemos de ella, sino que puede haber una esperanza espiritual. Es una película muy luminosa”.
También es un filme muy local, enclavado en unos paisajes, con un tema muy concreto, rodado en aragonés, que, pese a eso, ha logrado un impacto universal. “Después de Tallín, recibimos mensajes de Irán e Israel”, comentó su director. “Yo creo que la pandemia ha impulsado que nos veamos como un todo conectado, más allá de razas, países”. De hecho, además de una “gira” por Aragón, la cinta tiene previsto viajar a festivales de Hungría e Israel en los próximos meses.
A raíz del premio en Estonia, se ha editado el álbum de la banda sonora. “Conocí este proyecto en el festival hace dos años”, narra Javierre. “Cuando me propusieron trabajar con Jo me pareció todo un honor. Un luthier que vive en la sierra de Madrid construyó un instrumento especial para la película, con una pluma de buitre, que mezclamos con sonidos electrónicos, creados también por luthiers electrónicos, de vientos afinados. Esa mezcla de sonidos creó un universo del que estoy muy orgulloso. No sabía que tenía eso en mí”, señala.