La 46º edición del Festival Internacional de Cine de Huesca tendrá lugar del 8 al 16 de junio. La cita, referente a nivel internacional para el cortometraje y avalada por los Premios Oscar y los Goya como festival calificador, anuncia también la apertura de su proceso de recepción de trabajos; obras que optarán a competir en uno de sus tres concursos: Internacional, Iberoamericano y Documental.
El certamen cuenta este año con nueva dirección; el oscense Rubén Moreno tomó las riendas el pasado mes de noviembre y lidera la nueva propuesta de esta cita que cada mes de junio convierte la ciudad en el foco de atención de la industria del cortometraje. “Este formato es nuestra esencia y nuestra razón de ser; está muy vivo, es innovador y Huesca por derecho propio se alza como un punto de referencia a nivel mundial” afirma Moreno.
Un total de más de 24.000 euros en premios es la cifra que reparte el Festival y que ha logrado mantener intacta en los últimos años. El Premio Danzante gana protagonismo en esta edición y refuerza su identidad; esta nomenclatura aparecerá en todos los galardones oficiales, fruto de una estrategia de imagen de marca e identidad sobre la que sus organizadores llevan trabajando varios años. Otra consecuencia de ello es el diseño (por parte de Lorenzo Caudevilla) de unos nuevos laureles identificativos de los concursos, tomando de referencia la silueta del citado premio, diseñado por Carlos y Javier Aquilué. Además, en el apartado del palmarés se mantiene el premio Jinete Ibérico que reconoce al mejor trabajo de animación.
El espectador seguirá siendo el eje fundamental y por ello las producciones seleccionadas se proyectarán en el emblemático Teatro Olimpia con sesiones gratuitas. Uno de los emblemas en este ámbito es el Premio del Público Aragón Televisión que da la posibilidad a los asistentes de votar a su cortometraje favorito, otorgándole al ganador la compra de los derechos de emisión por un valor de 900€, así como su promoción y difusión.
La programación contará también con largometrajes, actividades profesionales, encuentros, exposiciones y otras iniciativas que se irán dando a conocer durante los próximos meses. El objetivo fundamental es llegar al público y que el Festival siga siendo un punto de encuentro para profesionales y amantes del cine. “El Festival es un bien de toda la ciudad, un gran embajador cultural a nivel internacional de Huesca. Es una gran responsabilidad, pero trabajamos duro para que los oscenses puedan sentirse orgullosos de su festival”, concluye Moreno.